En el siguiente listado encontrarás los mejores libros ambientados en Venezuela. Deja que la lectura te lleve a recorrer este país a través de la selección que hemos realizado, de libros que transcurren en Venezuela, para que conozcas con mayor profundidad el país.
La literatura venezolana ha experimentado una profunda transformación en las últimas décadas, marcadas por la crisis política, social y económica que vive el país. Los escritores y escritoras han tenido que enfrentar los desafíos de la censura, la escasez, la violencia y el exilio, pero también han sabido aprovechar las oportunidades de la globalización, la tecnología y la diversidad cultural. En este artículo, haremos un recorrido por algunas de las obras y autores más representativos de la literatura venezolana del siglo XXI, destacando sus aportes, influencias y proyecciones.
La literatura venezolana del siglo XXI es una literatura viva y diversa que da cuenta de las múltiples facetas de un país en constante cambio. Es una literatura que no se resigna ni se conforma ante las adversidades sino que busca abrirse camino en el mundo con su propia voz. Es una literatura que merece ser leída y difundida por todos los amantes de las letras.
Novela de juventud de este escritor venezolano, puede considerarse un clásico porque es un modelo que innovó el arte de narrar hispanoamericano. Su temática no se limita al plano de la historia, sino que se adentra en una espiritualidad conflictiva.
El relato refleja el malogrado intento de Simón Bolívar de liberar la entonces Capitanía General de Venezuela de manos del poder español, aunque la figura del libertador no se hace presente más que de manera referencial.
El estilo en esta obra señalaba matices distintos a los de la prosa galleguiana. Se imponía en la obra de Uslar Pietri una prosa fuerte y cortada de vanguardia.
Las lanzas coloradas son parte de la nueva forma de novela que va a imponerse en la literatura Latinoamericana.
En la que la llanura venezolana es el personaje central, es su obra de mayor éxito. En ella dramatiza el conflicto entre civilización y barbarie que a su parecer definía el ser de Venezuela y su realidad. El final feliz simboliza un futuro esperanzador para el país.
Doña Bárbara es la mujer más bella de Venezuela y dueña de la hacienda «El Miedo», cuyo antiguo nombre era «La Barquereña». Es una terrateniente, ruda e insensible por una experiencia traumática que tuvo de adolescente, al ser violada por un grupo de piratas asesinos que también le arrebataron el primer amor de su vida. Ella ha acumulado grandes tierras y manadas extensas de ganados usando a los hombres para su provecho personal, así como por medios ilegales, tales como el soborno a los funcionarios locales, entre otros.
Uno de los pocos terratenientes restantes en el área es Santos Luzardo, que ha vuelto después de estudiar derecho para imponer control en la hacienda de su familia. Él sospecha que el capataz de la hacienda llamado Balbino Paiba, había estado trabajando de forma disimulada para Doña Bárbara a fin de poder robar sus ganados. Los otros peones no creen que Santos sea el que le ponga bocado a las fechorías de Doña Bárbara, pero él demuestra con su manejo excelso del caballo, que el equilibrio del poder de la región están a punto de cambiar.
El escritor venezolano Manuel Díaz Rodríguez (1871-1927) se adscribe al Modernismo tanto en los temas que trata como en el lenguaje que desarrolla en su obra, en la que rechaza un mundo que no produce sino el descontento, la insatisfacción y el desencanto en el alma del artista. El título «Ídolos rotos» condensa el tema que en la novela se trata: la destrucción, poco a poco, de los ideales del protagonista y del resto de los personajes. El artista, el intelectual modernista desengañado de un mundo y de una sociedad que no le comprenden, lucha contra la ignorancia, la vulgaridad y el materialismo del ambiente que le rodea, pero no saldrá victorioso. El resultado será, por tanto, la frustración física y espiritual del hombre.
Partiendo de su conocimiento y su trato, desde la infancia, del personaje real, Juan Vicente Gómez —en la narración: Aparicio Peláez—, y de su corte en Maracay, Úslar Pietri nos relata en Oficio de difuntos una biografía «novelada» de aquel patriarca, que gobernó durante veinticinco años largos Venezuela tan a su antojo, que marcaría indeleblemente su porvenir. Pero Oficio de difuntos es mucho más que una biografía novelada de Gómez, pues Úslar Pietri esboza el retrato certero de toda la casta de estos patriarcas —desde Porfirio Díaz en México, o Estrada Cabrera en Guatemala, o Tacho Somoza en Nicaragua…—, que trazaron el desdichado futuro de casi toda Hispanoamérica. Pues Oficio de difuntos es, sobre todo, el relato minucioso de su forma silenciosa de ascender al poder como caudillos pacificadores del país, hasta convertirse, por el mero ejercicio del mismo y la obsequiosa abyección de cuántos le rodeaban, en sátrapas omnímodos a los que nada ni nadie osaba oponerse.
La novela relata la historia de una ficticia rama de la familia mantuana Blanco (familia que también es protagonista de otras dos novelas anteriores del autor: Boves, el Urogallo y En la Casa del Pez que Escupe el Agua) en particular de los avatares de uno de sus miembros: Don Juan Manuel de Blanco y Palacios, descrito como el arquetipo del noble provinciano mantuano de la época de la Capitanía General; es conservador, arrogante y muy orgulloso de su casta y abolengo. En el trance de su muerte es transportado a una especie de limbo con características pesadillescas en donde se encuentra con miembros de su familia futura y pasada; conoce ahí a una vieja esclava llamada Rosalía, de la época de la conquista del valle de Caracas, que le revela poco a poco el verdadero origen y carácter poco edificante de sus ancestros, muy diferentes a las que, por tradición, había tomado como gente noble y ejemplar.
Una historia casi ficticia de amor y espionaje en tiempos de Hugo Chávez.
En una Venezuela convulsionada por la revolución de Hugo Chávez, Moisés Naím teje una novela de espionaje y amor que nace de dos décadas de minucioso trabajo de documentación.
A través de las historias de Eva, espía de la CIA, y Mauricio, agente del servicio de inteligencia cubano, el lector se sumerge en una adictiva trama de thriller que es, al mismo tiempo, la crónica de una realidad que, a veces, supera a la ficción.
El guerrero asturiano José Tomás Boves, sin lugar a duda representa el antihéroe más cruel de la independencia del continente americano. En estas páginas, Francisco Herrera Luque, nos entrega una de las novelas históricas más importantes de la literatura venezolana. El lector puede estar seguro que, Boves, el Urogallo, lo sacudirá página a página, mientras descubre el perfil psicológico de uno de los personajes más controversiales de la cultura hispanoamericana.
Romoleto: Un Emigrante En Venezuela, de Jos Luis Torres
José Luis Torres nació en Ibdes, provincia de Zaragoza, España, en el tiempo de la República. El destino lo llevó a Venezuela, donde vivió en Sanare, un pueblecito de las montañas del Estado de Lara, y fundó el colegio Santa Rosa de Lima. Pocos años después se trasladado al Pao, donde se encuentran las minas de hierro y convivió exitosamente con gentes de todas las nacionalidades, religiones, ideas políticas y culturales. Aquí fue el comienzo de la idea de la novela. Volátil como su destino se ubicó en Estados Unidos donde ha vivido la gran parte de su vida, pasando por Nueva York, Michigan, y Los Angeles, California. En California, asistió al colegio Chapman College, donde obtuvo la Licenciatura en Español, y donde en éste mismo fue miembro de la facultad como profesor de español de la única universidad flotante del mundo (World Campus a Float). Aquí fue donde la idea se hizo realidad, al convertirla en un libro que presentó como su tesis para la Licenciatura, y así nació Romoleto Un Emigrante en Venezuela
Cuando quiero llorar no lloro, de Miguel Otero Silva
Se caracteriza por un despliegue exagerado de innovaciones literarias como la influencia de la cinematografía y el uso de múltiples voces narrativas. Basada en los años 1950 y 1960, durante el desarrollo de la historia Otero expone las condiciones sociales y políticas de la Venezuela de esa época. Según la esposa de Otero, la novela fue escrita durante un retiro de cuatro meses en la Villa Guillichini, un castillo medieval de su propiedad en Arezzo, Italia. El título está tomado de un verso del poema Canción de otoño en primavera escrito por el poeta nicaragüense Rubén Darío.
Con un vaivén entre el siglo XVI y el siglo XX, Núñez plantea que es posible repetir una historia dejando a un lado cuatro siglos de diferencia, donde la crónica colonial y la historia del petróleo se unen con más similitudes que las que parecen en un primer momento. De una manera magistral, une el origen de la isla y el devenir que recae en el período dictatorial de Juan Vicente Gómez y sus consecuencias, para demostrar que hay situaciones que trascienden el tiempo, en una isla que refleja y repite una historia condenada a ser un ciclo.
Mene narra la historia del descubrimiento del petróleo, en el occidente de Venezuela. Las poblaciones zulianas de Cabimas y Lagunillas sufrirán grandes transformaciones, gracias a la iniciación de la explotación petrolera. La riqueza que representa la presencia del oro negro, tiene como oposición la servidumbre de tipo moral y humana que supone el brusco cambio experimentado en el país a partir de ese momento.Al final, aparentemente, todo vuelve a la normalidad, pero ha quedado la huella del petróleo, tanto en la geografía como en la mente de quienes han vivido semejante transformación.
El título hace referencia a la Dirección de Seguridad Nacional (SN), policía política durante la dictadura militar del general de división Marcos Pérez Jiménez en la Venezuela de la década de los cincuenta. La novela cuenta la historia del escritor desde el momento de su detención en abril de 1952, por funcionarios de la SN, así como de las crueles torturas a las que fue sometido por su participación en la disidencia política de la época. El libro está dividido en dos capítulos: Seguridad Nacional y Guasina.
En el segundo capítulo, el autor narra su deportación al campo de concentración de Guasina en el Delta del Orinoco y finaliza los últimos días de noviembre de 1952, antes que cierren el campo de concentración. Estas luchas políticas estuvieron dirigidas por Leonardo Ruiz Pineda, aunque lo nombre solo de manera referencial en el texto.
El exilio del tiempo, además de ser un esplendido exorcismo de reminiscencias, es una saga donde Ana Teresa Torres rehace con voz propia y ajena un espacio existencial a todo lo largo de una centuria. Podría decirse que es una novela sin argumento, aunque si con una gran variedad y riqueza anecdótica. Lo que se narra es un conjunto de situaciones, episodios y anécdotas individuales, que dentro de una trama muy bien urdida van dando estructural al relato, y mostrándonos un complejo mundo social que se forma, se desarrolla y decae a lo largo de un vasto periodo de historia venezolana. El exilio del tiempo ha rescatado a través de la ficción la historia cotidiana de los venezolanos, especialmente de los caraqueños, y el abrupto cambio social que ha sufrido la caracas metropolitana en cincuenta años. La memoria esta resguardada en la casa en la voz de las mujeres. Las diferentes voces narrativas se conjuran para no dejar morir esa forma de vida, que fue nuestra y hoy es extraña a las nuevas generaciones. La historia domestica se teje junto con la historia del país desde la perspectiva de las mujeres de la familia, que, aunque de clase alta, viven la marginación de su condición femenina. La madre y la abuela se pliegan, a pesar de que en su juventud la primera se rebelaba, las tías y las primas se rebelan pero esas rebeliones siempre terminan en frustración, en sensaciones de impotencia, pues siempre se impone la autoridad patriarcal y de clase.
Sobre el general Francisco de Miranda. A partir del encuentro del Generalísimo con su alter ego contemporáneo se construye una obra de ficción sin dependencia alguna con la verdad historiográfica pero atenta al Siglo de las Luces, sus prohombres, modas y hechos relevantes. Premio Novela Casa de las Américas 1983
Este libro cuenta la historia de un grupo de venezolanos, con más corazón que estrategia, que se embarcaron (nunca mejor dicho) en el Falke con el propósito de venir de Europa, donde algunos de ellos estudiaban (y no seguían ninguna práctica militar, ni siquiera un poco de educación física al amanecer), a invadir Venezuela y derrocar la tiranía de Gómez. El resultado de esta aventura es conocido, está en la historia contemporánea de Venezuela; lo que la novela aporta es el desplazamiento físico y mental de aquellos hombres, sobre todo de los muchachos involucrados, a partir del momento en que deciden, en una operación quijotesca, convertirse ellos mismos en personajes de la literatura que les tiene la cabeza en ebullición y en redentores de la patria oprimida. El desastre está cantado desde el primer párrafo, pero es tal la vitalidad de los personajes, el precioso detalle con que sus psicologías quedan expuestas, que puede afirmarse que Vegas los ha amarrado a la vida por siempre.
El corsario negro, de Emilio Salgari
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El mariscal que vivio de prisa, de Mauricio Vargas Linares
Escribir una novela sobre Antonio José de Sucre —el Gran Mariscal de Ayacucho, el rival de mi gloria, según Bolívar— debe ser una empresa de locos, un desfiladero abismal como por el que se volcaron, durante años y con las uñas, los patriotas colombianos para arrebatarle su suelo a España.Pocos personajes de nuestra historia, como Sucre, encierran en su destino una fuerza poética tan profunda, una vida en que los días están sellados por el cordel de la literatura.
Pero Mauricio Vargas está curtido en los más ásperos desafíos —toda una vida dedicada al periodismo no pasa en vano, y menos si se ejerce desde la lucidez, esa escasa virtud a la que le huyen por igual nuestro país y nuestro tiempo— y esta vez el resultado no podía ser mejor. Con un estilo trepidante que va entrelazando las voces narrativas de la tercera persona todopoderosa con la primera del refrán y la confesión, con una erudición sin límites y una gran precisión histórica, Mauricio escribió una novela magistral sobre Sucre, y en ella, de un solo golpe, aprendemos varias lecciones que caen muy bien en un mundo tan confundido como el nuestro.
Una deslumbrante historia vampírica cargada de violencia y erotismo, ambientada en la Venezuela de los años veinte.
Venezuela, año 1921. Diana, la hija de catorce años de una familia de arribistas de Caracas, descubre que ha heredado la hematofagia de su padre, prestamista y hacendado, ocupaciones que desempeña gracias a su relación con la dictadura de turno. La enfermedad la inclina a la violencia contra algunos hombres y la aleja de su madre, de estrictas convicciones católicas.
Mientras madura, Diana se enfrentará al maltrato del novio con el que se empeñan en casarla, a la brutalidad de su familia y a la tiranía del patriarcado militarista y religioso. Sin embargo, lo peor será verse involucrada en las actividades ilícitas y las conspiraciones políticas de los socios de su padre, que la llevarán hasta las recámaras privadas del palacio presidencial. Son tiempos de revolución petrolera y el general al mando se llama Juan Vicente Gómez, un hito en la historia venezolana menos porque duró tres décadas en el poder que porque en su tiempo se instauraron y fortalecieron las dos grandes instituciones del país: las fuerzas armadas y la economía rentista.
«Doña Inés contra el olvido» es una novela histórica que nos sumerge en una saga familiar de tres siglos que compone, a su vez, un retrato de Venezuela, irónico y apasionado. La voz solitaria de Doña Inés nos relata una historia de intimidades, rencores, amores y traiciones, que se suceden desde la época de la Colonia y de la Independencia, hasta llegar al siglo XX con las dictaduras e incipientes democracias, develando de esta manera rasgos de nuestras luchas raciales, sociales, políticas y culturales, así como detalles de personajes de la talla de Simón Bolívar, Juan Vicente Emparan, Cipriano Castro y Joaquín Crespo. Esta obra, considerada un clásico de la narrativa venezolana contemporánea, recibió el Premio de Novela de la I Bienal de Literatura Mariano Picón-Salas (Venezuela, 1991) y el Premio Pegasus de Literatura a la mejor novela venezolana de la década (1998). Traducida a varios idiomas, ha sido ampliamente estudiada por la crítica nacional e internacional.
Eugenio Montejo reivindica para la poesía latinoamericana la abolición de las fronteras: pertenecemos más a nuestra época que a nuestro país, pues hay familias poéticas...
El zuliano Hesnor Rivera es uno de los genuinos poetas malditos de la literatura venezolana. Fundador del grupo literario Apocalipsis, su obra es un acto alucinado de reinvención poética del ser y el espacio marabino...
Mediante la narración paralela o simultánea esta novela construye un amplio entramado de acciones y personajes que se cruzan y se potencian alrededor de una indagatoria policial.
Venezuela es un país de notable belleza y dramáticos contrastes: en el Oeste, las cumbres nevadas de los Andes; en el Sur, las húmedas selvas amazónicas...
El lago más extenso de América del Sur, el Maracaibo, y el tercer río más largo, el Orinoco, también se encuentran en Venezuela, país que se enorgullece de contar con la cascada más alta del mundo, el Salto del Ángel.
Los lectores y lectoras que quieran conocer mejor este país, van a poder disfrutar con esta selección especial de grandes libros ambientados en Venezuela y grandes novelas que transcurren en Venezuela.
La literatura venezolana se caracteriza por su valorización de los cambios históricos, su diversidad temática, la influencia de corrientes literarias, el reflejo de la realidad social y la presencia de escritores destacados. Estas características han contribuido a enriquecer y diversificar la literatura venezolana a lo largo del tiempo.
La literatura venezolana enfrenta actualmente grandes desafíos debido a la crisis económica y política del país. Sin embargo, algunos escritores han logrado destacar en el ámbito internacional y se espera que la literatura venezolana pueda encontrar nuevas posibilidades en el futuro.
De igual manera que te mostramos una lista las los mejores libros ambientados en Venezuela, en las siguientes secciones te recomendados libros sobre otros países: